En esta reforma completa de una vivienda del centro de Madrid nuestro interés radica en poner en práctica varios conceptos que consideramos cruciales a la hora de pensar una vivienda: espacio, polivalencia, flexibilidad, eficacia, calidez. Y más cuando se trata de administrar poca superficie útil.
Nuestra postura ante el proyecto está muy relacionada con el concepto de la machine à habiter de Le Corbusier y del Movimiento Moderno: la vivienda entendida como una maquina funcional. Todas las decisiones están sometidas a este filtro que es pensar en cómo la vivienda dota de servicios y comodidades, como soluciona necesidades que el habitante tiene y a las que tenemos el deber de responder.
La estructura de la casa permite cierta facilidad a la hora de distribuir los espacios. Se trata de un prisma de 20x5m en el que encajar un programa de vivienda de 2 dormitorios. Se divide el volumen en dos partes, una la más vivida durante el día y otra que agrupa los dormitorios. Esta división se realiza con una puerta abatible integrada en un tabique que al confundirse con él enfatiza la división en la vivienda con sentido del humor. Al abrir la puerta se encaja en otro tabique perpendicular de manera que no resta espacio.
Dadas las proporciones que tiene la casa el larguísimo pasillo que tenía la distribución original se integra en las estancias de manera que se gana espacio y se acorta la longitud de ese pasillo.
El almacenamiento es otro punto fuerte de la casa: se hizo un estudio exhaustivo para aprovechar todos los recovecos que tiene la vivienda, llegando a apurar por ejemplo la altura necesaria de la ducha con el fin de conseguir un maletero encima de ella.